Del verbo estar.

¿Cómo estás? No estoy, y si he de estar, os auspicio que no estaré bien, pues estar no queriendo estarlo sólo podrá traer tragedia y caos colectivo (invisible dentro del paréntesis moral) y aún así, ¡aún así!, hemos estado sin querer estarlo por cientos de miles de años, y aquí seguimos estando, sobre la faz de la tierra, algunos con ciertas acaparadoras sensaciones de quietud que como anestésico les otorgan la sensación de que quizás no es tan malo estar sin querer estarlo, incluso, hay algunos que han llegado a la conclusión definitiva y universal, muy humana, de que es bueno estar sin querer estarlo - te hace más fuerte -.

Quién sabe, quieres saber?

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